Mejor cuidados, más motivados

Mejor cuidados, más motivados

Si la gente está orgullosa de su empresa, orgullosa de su producto y se siente bien cuidada, todo lo hará con una sonrisa. Cuidar a las personas es más importante aún que cuidar a los clientes, porque si cuidas a las personas ellas cuidarán a los clientes

Richard Branson

Esto lo he leído innumerables veces y no sólo de Richard Branson, muchos otros se han dado cuenta. Las personas necesitamos una razón para trabajar, independientemente de la económica, la más evidente.

El componente salarial o la seguridad ya sabemos que son buenos motivadores a su inicio, pero son de corto efecto. No dejan de ser motivadores extrínsecos y ajenos a nuestro día a día laboral.

El subidón de ver el movimiento en tu cuenta corriente apenas dura unos minutos, termina en el momento en que has repasado mentalmente como tienes colocado cada euro el próximo mes, año o lustro.

Lo que necesitamos es sentirnos vivos en nuestro día a día. Estar motivado es nuestro estado natural. “El ser humano posee habilidades innatas para generar y mantener niveles óptimos de motivación, pues garantizan nuestra supervivencia” dice la psicóloga Inmaculada Cerejido.

Nadie puede motivarnos, tu no puedes motivar a alguien. Pero al revés si, es decir, tu si puedes ayudar a que alguien se desmotive, o alguien puede contribuir a tu desmotivación.

¿Cómo? Quitándote tus motivos de acción, aquello que te impulsa, tus razones para trabajar. Las personas necesitamos percibir el valor de nuestra aportación a la organización, eso es lo que da sentido a cada pequeña tarea.

Volviendo a la frase de Brandson, ¿Qué hace que una persona se sienta orgullosa de su empresa?

Percibir que las cosas se hacen bien, percibir coherencia, percibir el sentimiento de pertenecer a un gran equipo. Los resultados por si solos no producen orgullo de pertenencia.

¿Qué provoca que una persona se sienta bien cuidada?

Sentirse parte de esa organización a la que está orgulloso de pertenecer, y tener un trabajo con significado.

Las empresas no viven de sus resultados, viven de sus procesos y de las personas que los desarrollan y trabajan en ellos. Si queremos mejorar los resultados tendremos que enfocarnos en quienes los producen y en cómo los producen.

Invertir en generar una cultura compartida donde se acepte, valore y reconozca a quienes integran la organización, es invertir en bienestar y motivación, y es entonces cuando llega el compromiso, y la creatividad y la productividad son el resultado.

 

La ecuación parece sencilla; “la empresa me cuida, yo la cuido a ella”. Podemos preguntarnos ¿Qué podríamos hacer para que nuestro equipo se sienta más cuidado? ¿Qué estamos haciendo ya y funciona?

Gracias por leerme.  

Post publicado originalmente en LinkedIn

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